”Salir a la calle” supone un itinerario de cierto recorrido solidario, de mi intimidad a la “res pública”, de mi círculo interior a las preocupaciones comunes. En ese sentido, se recupera el auténtico sentido de la democracia en estado puro, el “ágora”, la “plaza pública”, el espacio común donde los hombres libres se encuentran y toman decisiones.