Seguimos ofreciendo, queridos lectores, la posibilidad de acceder a nuestros contenidos desde todos los formatos, incluido el papel. Muchos augures se han aventurado con cierto desparpajo a fechar la muerte de la prensa escrita en ese soporte, y resultan tan desafortunados y patosos como los vaticinadores del fin de los tiempos. Eso es lo que tiene el desparpajo de la ignorancia arrogante, que uno va y dice con toda solemnidad una frase con una fecha incluida para anunciar algún acontecimiento importante para la humanidad, y siempre hay alguien que la guarda y espera a que llegue ese día y esa hora para dejarle en evidencia. Hace un par de años se defendió brillantemente una tesis doctoral en la Facultad de Ciencias de la Información sobre la suerte del papel en la materialización de la oferta informativa, y concluía precisamente rompiendo todos los pronósticos de sus enterradores, al establecer su coexistencia asintótica en el tiempo con el resto de soportes. Pero bueno, esa es otra historia, la triste historia de la inutilidad de la investigación científica en algunas temáticas, manteniendo con insólita pertinacia discusiones o aseveraciones sobre cuestiones que han quedado aclaradas o descartadas.